miércoles, 26 de septiembre de 2012

MALOS VIENTOS (Replay)



Dicen que llegaron tras la última tormenta,
con los vientos del otoño,
al soplar mareas de abandono.

Dicen que trajeron polvo en las espaldas,
que al caminar, con su paso,
mi vida quedó, sin remedio, de lodo anegada.

Dicen que fueron como un sueño,
como el alma sin reposo,
suspendidos los besos en el último recuerdo.

Dicen que la memoria me borraron,
que de mi deseo, dueños,
de tu ventana se me llevaron.


Foto: Aitor  Texto: Edurne (Entrada ya publicada en esta Orilla el 30 de septiembre de 2009)

sábado, 22 de septiembre de 2012

QUIETUD



Quietud en el horizonte estancado.
Nubes que están de paso,
que alimentan  ilusiones de antaño.
Como una tela de araña,
el aliento y la vida quedan en ella atrapados.
Tejen las trampas que acechan horas
sin tiempo ni futuro jamás soñado.
No quiero despertar de este letargo.
Prolongo el deseo y encierro en la palma de mi mano
un corazón que al vuelo,
hasta mi boca ha llegado.

Foto y Texto: Edurne

domingo, 16 de septiembre de 2012

ROJO BURDEOS (Replay)





El regio tapiz que amortiguaba los pasos de todo aquel que entraba en la estancia, quedó teñido con el rojo de la sangre que manaba de la herida abierta, justo en el centro de su inmaculado pecho. Su blanca carne apareció ante los ojos del verdugo como un rubí rutilante y tembloroso…


Nunca hubieran imaginado que ése pudiera ser el fin. Sir Anthony, aún excitado como un caballo tras una larga carrera, sostenía en su mano derecha la daga con la que acababa de herir mortalmente a su joven esposa. Y Lady Catherine sujetaba con su pequeña mano esa vida que se le escapaba mientras su mirada interrogante no se apartaba de la de su marido.


El fuego chisporroteaba en la chimenea haciendo que la escena fuera más fuerte y violenta si cabe. Una copa en el suelo, a los pies de la dama, y el rojo vino derramado, confirmaban que la muerte no estaba esperando para llevarla esa noche. Las botas de Sir Anthony estaban sucias y el suelo había quedado manchado con un polvillo de arcilla que parecía indicar un camino extraviado.

Como todos los días al atardecer y antes del crepúsculo, cuando el sol iniciaba su retirada, Lady Catherine esperaba a su marido. Éste se demoraba después de la cena un buen rato en dar las órdenes pertinentes para el buen funcionamiento de la casa y la hacienda; en poner al día los acontecimientos de la jornada; en darse una vuelta por las caballerizas… O en departir amigablemente con algún invitado que hubiera honrado su casa aquel día.

Su esposa solía esperarlo en la amplia estancia de la torre, donde tenían la habitación conyugal. Lo esperaba leyendo junto a la chimenea y con dos copas del vino más rojo de sus viñedos… Leía, y como el atardecer en aquella época del año ya empezaba a ser frío, se cubría con una fina bata de terciopelo carmesí. El sol había caído hacía poco y en el cielo quedaba, como un rescoldo, el luminoso testimonio de su reinado. Recortados en el horizonte podían verse los extensos viñedos que daban fama a sus vinos, los mejores y más afamados de la región.

La joven Lady Catherine era la única hija de un lord venido a menos a causa de su magnanimidad, y ella había heredado el corazón de su progenitor. Huérfana de madre desde los cinco años, se crió con su padre y el viejo tío Thomas. Su belleza, según iba creciendo, era comentario obligado en todas partes. Sir Anthony quedó prendado de ella un año antes, cuando coincidieron en la fiesta de la vendimia. Desde entonces sus corazones se buscaron hasta que Lord Brahanm accedió a entregar su hija en matrimonio.
Nada enturbiaba la paz, la armonía de la casa, era un matrimonio perfecto, se adoraban y todo el mundo los quería.

Sir Anthony volvió a mirar su daga ensangrentada, teñida del rojo de ese corazón amado. Sus ojos, enloquecidos por el dolor del crimen cometido, paseaban de una a otra esquina de la pieza: del tapiz profanado, del crepitar del fuego, al cobrizo tono de la noche. Del débil aliento de su esposa a su blanca mano luchando por retenerlo…

Había cabalgado durante largo rato después de la cena. Había cabalgado para borrar de su mente las palabras oídas furtivamente, al azar, por casualidad… En su rutina diaria de pasar por las caballerizas escuchó cómo dos mozos hablaban mientras cepillaban unas yeguas. Alguien nombró a su esposa, alguien nombró al Marqués de Saint- Lázare…

No sabe qué ocurrió, no sabe por qué ese nombre entró en su cabeza, en su corazón, como un puñal, como un veneno. Ensilló su caballo y salió al galope. Se adentró en los viñedos destrozando las verdes y doradas uvas… Bramando por dentro. La furia salía como rayos hirientes por sus ojos, y el púrpura de su capa se confundía con el de su dolor. Dio la vuelta y sin pensarlo, irrumpió en la habitación, en el sagrado oráculo de sus noches, con la daga desenvainada. No vio, no sintió, sólo ejecutó las órdenes de su corazón desbocado, descargó la cólera de sus entrañas…

Se derrumbó, cayó junto al cuerpo inerte de su amada. Lloró. Y todo se volvió rojo.



Pintura: Lourdes, mi Blondigemela Texto: Edurne (Texto ya publicado en este blog el 9 de mayo de 2008)

jueves, 13 de septiembre de 2012

HELP!


Sí, pido socorro, y es que no es para menos.
¡Ya no puedo más!
Ahora es cuando tenía que estar desaparecida, missing, en algún paraíso (no fiscal, pero ya puestos, tampoco me importaría, Las Islas Caimán, por ejemplo...), y ahora es cuando, precisamente, no puedo.

Como habrán comprobado, me prodigo menos que en pleno periodo estival, cuando colgué el cartelito de "Semi cerrado por vacaciones", pero ya aclaré que era de mentirijillas. Y nada, que en este mes, se me han juntado muchas cosas, las cuales ya van encarrilándose, pero, oigan, que los días se me hacen eternos, las noches un tormento y yo aquí sigo, dale que te pego, que debo funcionar con Duracell...

Intentaré volver este fin de semana, y trataré de actualizar con unas Crónicas del Foro, escuetas, pero bueno, ya les sacaré el jugo, ustedes no se preocupen.

Pues eso, que aquí les dejo mi saludo y un abrazo bien apretadito para todos. 
Jueves, 13 de septiembre de 2012, a las 21:40 de la noche.


 

Imagen: Internet Vídeo: Youtube